jueves, 25 de abril de 2013

Elogio a la calle


¿Quién no se ha parado a pensar alguna vez en cómo han cambiado las cosas? ¿En que la calle ya no es utilizada de la misma forma que antes?¿En que los niños salían y se divertían todas las tardes sin necesidad de juguete alguno?
Vivimos sumidos en el ajetreo del trafico, con el trabajo y las prisas si apenas hallar momento para relajarnos, salir a pasear, sacar una silla a la calle como se hacia antes, y disfrutar, simplemente disfrutar de la calle. Nuestro espacio de vida y desarrollo, el espacio que nos une y nos hace ser un pueblo.
Pero, aparte de humo, ruido y demás, podemos encontrar miles de cosas agradables en la calle. Porque seguro que todos habeis bagueado alguna vez al pensar en salir aunque os apetecía. 
Y ahora, os voy a dar unas cuantas razones por las que merece la pena salir ese día tan bueno:
· Esas brisas cálidas de verano, que traen el olor salado del mar.
  • Cuando no hace calor, pero te quitas la chaqueta par notar el sol acariciándote a piel.
· El sonido de tus pisadas (con ritmo enérgico) que te acompaña durante el trayecto.
· Cuando no tienes que esperar para cruzar porque un alma caritativa ha parado el coche antes de que le sigan 30 más que no lo harán.
· La heladería, en la que te tomaste esos buenos helados en verano.
· Las tiendas que llevan años en el pueblo, y en las que por las mañanas se encuentran colas de abuelas imposibles...
· Contemplar los niños pequeños que juegan en el parque: atrapando burbujas, corriendo, gritando, bailando, merendando en bocata que le ha hecho su abuela, haciendo miles de cosas que sacan de quicio a sus padres...
· Cuando te encuentras con viejos conocidos, personas que te caen muy bien y hace tiempo que no ves. ( No incluimos a los típicos "amigos" que te cuentan charlas de media hora y de los cuales huyes).
· Escuchar: las ruedas de los coches en las carreteras de piedra, los pájaros, las risas... O simplemente nada.
· El casco antiguo, con viejos edificios de ornamentales fachadas y portales.
· Cuando te llega el rico olor de la comida que se cocina en alguna casa, un bar o un restaurante.
· Coger mandarinas de los arboles (¿quién no lo ha hecho alguna vez?).
· Liberar energía: correr todo lo que puedes y sentarte a descansar.
· Tumbarte en la hierba.
· Recoger hojas, flores...
· El mercadillo, cuando los martes por la mañana se convierte en el lugar de reunión del pueblo.
· Cuando vas caminando y te encuentras una moneda.(Cuando eres niño te encuentras tazos y pegatinas).
Así que ya lo sabéis, bien sea por la probabilidad de encontraros una moneda, a un amigo o por pasar el rato: Salid a la calle, que os está esperando un mundo de diversión y color. En la calle hay sitio para todos, y todos hacemos sitio para la calle.!!!

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